El universo no te da aquello que quieres, te da aquello que necesitas para tu evolución. Muy probablemente lo que tú quieras no es precisamente aquello que te va a permitir llegar a un mayor estado de conciencia, con lo cual no es para el mayor bien de todos los implicados que se dé.
Por eso mismo debemos mirar todas las situaciones y personas como trampolines para nuestro crecimiento.

Si el escenario que tengo no me gusta, debo aprovecharlo para sacar el aprendizaje que se me está ofreciendo.
Nada nos hace perder más el tiempo que sufrir por aquello que aparentemente no podemos cambiar. Cuando sufro por una situación o circunstancia que está presente en mi vida, no hay una entrega plena en el proceso de confiar y soltar.
Si eres de los que dice: “yo confío y suelto pero…X” te digo desde ya mismo que ni confías ni mucho menos has soltado. Soltar y confiar significa que no le doy más vueltas al tema porque sé que, aunque ahora no lo vea, la solución está en camino. Llegará justo a tiempo, por eso mismo confío. Lo que no puedo pretender es que llegue en el tiempo y en la forma que espero que llegue, si tengo expectativas es porque aun tengo esa necesidad de controlar esa situación que tan poco me gusta. Y el control, recordemos, es una necesidad del ego, no del alma.

La vida está en constante comunicación con nosotros. Muchas veces tenemos ciertas metas, ciertos objetivos y en mitad del camino pensamos en tirar la toalla, pero de repente algo o alguien aparece, se agacha y te devuelve la toalla.

La vida está llena de momentos en que si te abres a las señales, te guían por el camino. Aunque éste sea dudoso o aún no tenga forma.
Lo que es para ti se va a dar, de un modo u otro, despreocúpate del “cómo “. De eso se va a encargar el universo. Muchas cosas llegan de la forma más inesperada y sin esperarlo. Lo mismo ocurre cuando algo no es para ti, por más que trates de forzar una situación, una relación, si no es para ti, no va a funcionar.
Siempre os digo que confiéis. Aunque sé que es complicado. En ocasiones es complicado para mí también, pero confiad en que detrás de todo lo que estáis viviendo hay un propósito mayor que no alcanzamos a entender. Y es que el ego es quien necesita entender, el alma sabe perfectamente el camino. Permitamos que sea nuestra alma quien transite el camino ya que ella misma trazó este plan de vida.

Hay un duro trabajo detrás, perderás muchas cosas y personas por el camino, pero ganarás otras de valor incalculable. El miedo casi siempre está presente y acostumbra a bloquearnos. Y nos convencemos de que si tomamos el riesgo de hacer un cambio las cosas vayan a peor. Pero hay algo que, personalmente, me aterra más que las cosas vayan a peor. Me aterra más decidir quedarme en un lugar o en una situación que no me hace bien.